Las historias del Camino de Santiago
El Camino de Santiago no solo se distingue, por decirlo de alguna manera, por la "fábula del discípulo Santiago" sino que a lo largo de todos sus extensos años de historia han ocurrido muchos eventos que rozan esa fina línea entre lo místico y lo tangible que tan bien encarnan los cuentos.
No es algo que nos sorprenda, pues estos relatos ya sean auténticos o no encarnan a la perfección la esencia del Camino y la sensación de que en él puede acontecer cualquier cosa. De hecho, es la propia travesía la que facilita que estos eventos puedan suceder, pues seas creyente o no, lo cierto es que al recorrer el trayecto te sumergirás en esa magia, en ese toque de misterio que caracteriza esta hermosa peregrinación.
Ahora te narraremos los mitos más conocidos de este itinerario.
La fábula del Rincón de Roldán Una de las fábulas más famosas del Camino es la de la batalla de Roldán. Como es habitual cuando un caballero de la Edad Media aparece en escena, tiene que surgir un dragón, un gigante o una criatura gigantesca. En esta ocasión, el caballero Roldán tuvo que enfrentarse al gigante Ferragut, del que se decía que era descendiente directo de Goliat. Ferragut había combatido contra las mejores tropas del ejército de Carlomagno; sin embargo, no pudo con el ingenio y la valentía en la batalla de Roldán. Roldán avistó al gigante sentado en la entrada de su castillo y se dirigió al combate. Al igual que David, a Roldán le bastó con una sola piedra para vencer al gigante. Desde ese momento, al monte se le conoce como el Rincón de Roldán.
Todos los viajes del Camino de Santiago en bici VER El milagro del gallo y la gallina De entre todas las historias del Camino, esta es una de nuestras preferidas. Esta historia tiene como protagonista a un joven alemán llamado Hugonnel, antiguo peregrino del Camino Francés, en su paso por Santo Domingo de la Calzada. Hugonnel se aloja en una posada junto con sus padres, donde se encontrará con una joven que intenta seducirlo, a lo que Hugonnel se niega. En venganza, ella le coloca en el zurrón una copa de plata para luego acusarlo de robo. No tarda en llegar la justicia, que, efectivamente, comprueba que la copa se hallaba en el zurrón del joven Hugonnel. La condena en esa época no era tan benigna como ahora y el joven Hugonnel muere en la horca. Sin embargo, cuando sus padres se acercan para despedirse, después de haber rezado al discípulo Santiago, comprueban que su hijo está vivo gracias a la intervención del discípulo. Con una felicidad extrema, los padres corren al corregidor para contarle lo sucedido. El corregidor no lo toma en serio y les dice la siguiente frase "Vuestro hijo está tan vivo como este gallo y esta gallina que me disponía a comer antes de que interrumpierais". De repente, y sin que nadie lo esperara, el gallo y la gallina saltan del plato y comienzan a cacarear.
Un gallo y dos gallinas Los pastores de Estella Normalmente, en las alturas del Monte Puy, en su ladera, los pastores se reunían con sus ovejas. Sin embargo, en una de sus muchas reuniones, pudieron observar cómo infinidad de estrellas caían sobre la cumbre. Los pastores, invadidos por la curiosidad de tan insólito evento, decidieron dirigirse a la cima. En la cima encontraron una cueva en la que había una imagen de la Virgen. Los pastores avisaron al sacerdote del lugar para que lo viera. Sin embargo, cuando el párroco llegó y quisieron sacar la imagen de la Virgen, les resultó imposible moverla ni siquiera un centímetro. Posteriormente, el rey Sancho Ramírez decidió fundar en ese lugar una nueva ciudad, la ciudad que hoy conocemos como Estella.
Un pastor en el Camino La fábula de la Fuente Renegada Esta fábula agradará mucho a nuestros lectores religiosos, porque demuestra que con la fe todo es posible. La fábula tiene su origen en el Alto del Perdón, cerca de la ciudad de Pamplona. En este lugar, hace muchos años, se encontraba un peregrino que buscaba de forma desesperada agua, pues llevaba mucho tiempo sin poder beber. De repente, el Diablo, disfrazado de caminante, le ofreció guiarlo hasta una fuente a cambio de que renunciara a su fe. El peregrino se negó. Sin embargo, cuando el peregrino estaba más desesperado, apareció el discípulo Santiago, vestido de peregrino, para guiarlo hasta la fuente escondida. De esta manera, el peregrino pudo mantener su fe y beber el agua que le salvaría.